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    Leo que Instituciones Penitenciarias ofrece a Iñaki Urdangarin "flexibilizar" su régimen en prisión si participa en un nuevo programa de delincuentes económicos. Supongo que se refieren a delincuentes que se agencian grandes cantidades de dinero y provienen de entornos privilegiados o al menos estables, porque a los que trincan lo que pueden para sobrevivir nunca los llaman así y a lo mejor les pegaría más ese "económicos" - por salirnos más baratos a todos, para empezar, y luego porque en muchos casos la causa de sus carreras delictivas sí es genuinamente económica y no una vulgar codicia patológica.

   Pero bueno, matices aparte me parece una idea formidable que empiecen a hacerse programas así. Cada día hay más mangantes de esta especie según las estadísticas, y además ya estamos hartos de esos otros programas en los que sólo salen suburbios y pobres diablos a los que persigue un coche patrulla por trapichear con dos papelinas. Esa fórmula televisiva ya está agotada. La gente prefiere ver reformas de casas a las de tipos marginales, y creo que un programa de delincuentes de alta gama (¿"Criminales en Acciones"?) podría reventar las audiencias, ahí con policías saltando sobre ellos de pronto y empotrándolos contra una verja para cachearlos. "¿Llevas algún Armani oculto?". "No, agente, se lo juro... Yo soy legal". "Ya, claro... ¿Y esta cartera con logotipo? Esto vale doscientos pavos como mínimo...". "Es para un colega del bufete, y además el cuero no está regenerado...". "¡Tú sí que no estás regenerado!¡Malditos adictos al lujo! Pues ahora te vas a venir con nosotros tranquilito y el rollo del amigo abogado se lo cuentas al juez, ¿está claro?, que le encantan esa clase de historias...". "No es abogado; es jurista, un catedrático de...". "¡Que te calles!".

   Sería un poco plagiar a Michael Moore, que ya sacó una fantasía parecida en uno de sus documentales. Pero como es cristiano no creo que vaya a ofenderse ni demandar a nadie (cristiano cristiano, quiero decir, de los buenos). Y yo desde luego el programa lo veo y lo vería, hasta las partes menos violentas en las que ya han interceptado a todos los delincuentes económicos de la zona y sale el agente al mando a explicar un poco por qué los tratan con esa dureza, por si hay espectadores que todavía sienten algo de compasión. "No puede uno fiarse de estos sujetos... Son unos mentirosos compulsivos, auténticos artistas del engaño. Muchas veces actúan en grupos organizados, con negocios aparentemente legítimos en los que distribuyen su producto. Los hay que incluso van a los colegios a vender su basura, y enganchan a los chavales desde muy pequeños con esta ambición enfermiza. Críos que deberían estar jugando tranquilos y felices ya sólo quieren colocarse bien para ser como ellos de mayores. Se pasan el día aspirando y aspirando sin sentido, cada vez más, y después cuando crecen ya están completamente corrompidos, consumidos por su deseo incontrolable de consumir. Súmenle ustedes ansiedad, depresiones, estrés, desorientación, paranoias políticas, desarraigo social... A veces desde fuera parece muy bonito el afán desmedido de lucro, con sus yates, sus joyas, sus fiestas... Aunque para la mayoría es un infierno que acaba arruinándoles la vida, sin que sepan siquiera cómo salir de esa espiral degenerativa. Antes estos barrios eran buenos sitios para establecerse, pero mírenlos ahora: centros de coaching, franquicias para tomar el brunch, boutiques con vigilantes armados, tiendas llenas de objetos sospechosos... Da verdadera tristeza ver tanta miseria moral. Y los minoristas todavía pueden producir cierta empatía, en el fondo son víctimas también de este siniestro mercado, aunque los otros, los que inyectan el veneno de la codicia a gran escala y luego se aprovechan de la debilidad ajena son auténtica escoria, se lo aseguro... Deteniéndolos no hacemos más que cumplir con nuestro deber".

   Un consejo, eso sí: no digan "flexibilizar" que ese tipo de eufemismos activan a los delincuentes económicos. Forman parte de su argot, de su jerga vip, y alguien que lleve muchos años metido en ese mundillo podría hacer una lectura distinta de la deseable. Habría que buscar una terminología un poco menos "económica" si lo que se pretende es reinsertarlos de verdad, que vuelvan a integrarse con las personas normales y a ser uno más. Quizá en el programa de Iñaki Urdangarin, si es que algún día llega a emitirse, se podría tratar este tema.  

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