72.
Ana y Javi son atléticos. Son seguidores del Atlético de Madrid, quiero decir. A mí el fútbol no es que me entusiasme; me gustan los mundiales, es lo único que sigo con cierta atención, pero con los clubs me cuesta implicarme. Supongo que soy del Real Oviedo, o al menos lo era, aunque a estas alturas no sé si sigue existiendo todavía. Ya debe de ser el Oviedo Imaginario o por ahí. De crío, desde mi ventana, podía verse una de las esquinas del antiguo Carlos Tartiere, y a veces me asomaba por si lanzaban algún córner y lograba emocionarme un poco. Pero creo que sólo llegué a pillar uno una vez, y fue muy decepcionante, así que al final lo único que podía distinguir con precisión eran los distintos tipos de gritos del público. El ¡gooool! atronador si marcaba el Oviedo; el ¡uuuuy! ascendente cuando había estado a punto; el ¡eeeeh! indignado cuando derribaban a un jugador y se exigía falta o penalti... Ovaciones, broncas, cánticos, oeoés... De eso sí que sabía; había llegado a id