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Mostrando entradas de marzo, 2021

57.

    Sigo con Pachman, porque es mi blog y hablo de lo que me apetece. Si quieres ahondar en la disyuntiva entre socialismo o libertad en Madrid hazte uno tú, no te jode.    Según cuenta, creo que en un capítulo dedicado a su relación con Bobby Fischer, los buenos jugadores de ajedrez suelen ser personas "cultas y multifacéticas". Creo que esas son las palabras exactas que utiliza, o al menos las que eligió el traductor. En mi modesta experiencia estoy de acuerdo: los buenos jugadores de ajedrez que he conocido encajaban más o menos en ese perfil. Aunque luego añade que a partir del siguiente peldaño, cuando ya no sólo hablamos de grandes jugadores, sino de jugadores enormes, gigantes, la gente ya empieza a ser más peculiar. Peña llena de rarezas, de manías, con obsesiones patológicas y una dificultad evidente para socializar en condiciones. Lo que hoy se conoce como "nerds" o "friquis" o etc., vamos.    Pone los ejemplos de Alekhine y Fischer, que sólo era

56.

    Leyendo la autobiografía de Ludek Pachman, "Comunismo y ajedrez", me encuentro un episodio que me llama la atención.    Tiene que ver con el día en que conoció a Alexander Alekhine, el hombre que le arrebató el título mundial a Capablanca (1927) y que murió reteniéndolo. Sólo lo perdió en una ocasión frente al holandés Max Euwe (1935) contra el que jugó "realmente ebrio", según contó su rival. Pero dos años después volvió a recuperarlo y en la fecha en que el autor se lo encontró no había nadie capaz de batirle. Era dios sobre el tablero, más que listo el listón. Ludek Pachman no había llegado a ser todavía el gran teórico de fama internacional que luego fue, simplemente un joven checoslovaco que empezaba a destacar un poco. Compitiendo en un torneo sin demasiada importancia había resuelto con estilo algunas partidas, y Alekhine, que tenía el radar muy fino para esas cosas, le citó para un café. Y digo "citó" en vez de "invitó" porque se sabí

55.

    Hay programas de la llamada telebasura que me fascinan. Ese en el que subastan almacenes, por ejemplo. Como me lo encuentre haciendo zapping ahí me quedo, alucinando con las cajas de cartón pochas y su inquietante contenido: el bibelot polvoriento de siete dólares, la parrilla oxidada que sólo vale tres, el artilugio que nadie sabe para qué sirve y por el que hay que llamar a un experto supongo que ocioso para que se desplace hasta ahí y nos revele que es un pelacebollas rarísimo de la guerra de Corea, un objeto de coleccionismo que vale por lo menos doscientos dólares... Viéndolo te empiezan a venir un montón de preguntas a la cabeza: ¿pero en qué es experto este jambo exactamente? ¿en pelacebollas...?  ¿¡doscientos dólares...!? ¿podría meter en el almacén esos libros de poesía que le mandan a Ana personas a las que ni siquiera conoce y algunos cacharros viejos y endosarle el lote a uno esos pirados por un buen precio...? ¿los sacarían leyendo las dedicatorias...? Tampoco es que h

54.

   Vemos "Anatomía de un dandy", el documental sobre Francisco Umbral que salió el año pasado.    Para mí Umbral siempre fue un poco el Saint-Simon de la transición y el felipismo. Vale que Monsieur Louis de Rouvroy fue un duque genuino, y que además él habría sido el primero en admitirlo y exigir el tratamiento, claro que en lo que a otros títulos se refiere por ahí se andaban, ambos dejaron páginas para aburrir sobre lo que vieron y vivieron desde su posición privilegiada, y aunque existen diversas versiones sobre la nobleza de Umbral lo que no se puede negar es que si no era noble al menos lo parecía con sus capas y su foulard y esos aires de señor sobrado. Supongo que la palabra más adecuada sería "aristoácrata", un marqués de portería y por deporte que llegó a publicar 135.000 artículos (!) y 110 libros, una obra equiparable a la del grafómano francés (que durante sesenta años escribió a diario, los últimos treinta de un modo casi patológico) por sus volúmenes.

53.

    Vienen a visitarnos Andrés y Claudia - y su perro Buk - y vamos los seis a caminar un rato junto al río. Andrés tiene una editorial de libros de ajedrez, lleva casi veinte años publicando todo tipo de obras sobre el tema, y ahora que estoy volviendo a jugar con alguna regularidad le pido que me recomiende algún título para empezar a ponerme las pilas. "Claro, Pablo, vente un día al almacén de Madrid y te doy un lote... ¡Aprovéchate de mí!". Así da gusto.    Me contó una anécdota muy buena de Mijaíl Tal, el genio de Riga que hizo del sacrificio de piezas un arte (primero sacrificas y después calculas, era su lema; o como diría Mario Benedetti: una gastadera de guita al pedo, gordo - que también hay que reconocer que Tal se los pillaba con bastante frecuencia). A veces el ajedrez puede llegar a ser excesivamente mecánico, sobre todo entre grandes maestros que ya se conocen todas las aperturas y variaciones y apenas se salen de la ortodoxia. Porque la ortodoxia es aburrida,

52.

    Ayer me preguntaba medio en broma si la nueva ley trans incluye también a los tránsfugas, aunque pensándolo más seriamente creo que sí debería hacerlo. Sólo que al revés, porque hoy se asume que un tránsfuga no debería pasar un control psiquiátrico cuando nos cuenta que su seso ha evolucionado de una manera tan repentina, pero hay casos con los que al final te queda la duda de si no tendrán alguna patología grave o intereses extraños, como entrar en algún servicio que no les corresponde o cambiar su vestuario a lo bestia.     Imagina que te estás duchando en el gimnasio después de una dura clase de fitness (yo al menos tengo que imaginarlo porque no conozco la sensación) y de pronto se coloca junto a ti un tránsfuga de esos y se pone a contarte que él estaba en Izquierda Unida pero que ahora vota a Foro Asturias por la cuestión del bable. Un poco de repelús sí te daría, reconócelo. Ibas a agarrar la pastilla de jabón como si fuese el Santo Grial, vamos, porque como se te caiga al s

51.

    Comienzan a notarse los síntomas de la primavera, que es apresurada y enérgica. Ya florecen los prunos, y las convocatorias de elecciones, y las mociones de censura, y en las mesas de los parlamentos aparecen tantas hojas y brotados que hasta podría uno pensar que la naturaleza se ha vuelto loca. Pero es que así es esta estación, que no sólo trae alegrías y alergias, sino también un nuevo clima.    Las corrientes internas se aceleran y hasta Toni Cantó reconoce que no comprende nada, que es algo que ya presentíamos pero que resulta bonito contemplar. Abre bien los ojos, Toni, y mira cómo todo a tu alrededor se une o se disgrega o cambia súbitamente de color... Siente el embriagador perfume del azahar entre los grupos de naranjas, su renovado poder, que además en tu Valencia y con tus valores tiene que ser espectacular el fenómeno. ¿Lo hueles, querido...? Es la primavera, que en cada ciclo busca nuevos votos con la vida y crea juguetona el fruto espontáneo y jugoso, el torrencial de

50.

    Leo un artículo de Marcos Pinheiro en el que llama a Miguel Ángel Rodríguez "el último superviviente del aznarismo" - Vázquez Montalbán decía "aznaridad". De ese modo suelen definirse aquellas dos legislaturas de liberalismo cidiano, en las que, eso sí, se liberó más suelo urbanizable para el inversor que tierra ancestral del invasor, puesto que salvo lo de Perejil el resto fueron pelotazos. Pero no le falta razón al articulista: a estas alturas el inefable MAR es el único de todo aquel aquelarre de milagreros económicos que continúa en la política activa, y como jefe de Gabinete de la señora Ayuso además, lo cual casi equivale a decir que es el cerebro de su estrategia de comunicación, si es que de cerebro todavía puede hablarse en semejante performance.    Lo cierto es que se nota el estilo, las secuelas de su escuela. Ese tonto bronco y triscador como el cabrón salvaje, mitad flauta y mitad serrucho. Pese a los múltiples altibajos que ha tenido en su carrera,

49.

    Se ha hecho viral el vídeo de una señora llamada Tatiana Ballesteros en el que al parecer (no lo he visto; estoy esperando a que salga el libro) pide "un capitán" que nos guíe.    Bueno, el digamos "capitanismo" no es que sea un sistema original. Buscar al hombre carismático que nos libere y tal es más viejo que los caminos, y en la España del último siglo podríamos seguir su rastro desde el cirujano de hierro de Joaquín Costa, que reclamaba para extirpar el caciquismo endémico de la Restauración, hasta la señora del anuncio ochentero que perseguía desesperadamente a Jacq's, por lo que recuerdo encendida también por la pérdida de las colonias.    En estos dos casos las intenciones eran evidentes, o al menos se insinuaban con alguna claridad, aunque doña Tatiana no especifica qué clase de machote pretende endosarnos o endiosarnos incluso. Para ser criminóloga da muy pocas pistas sobre los rasgos o el plan que tendría bajo su capa capitanesca para sacarnos de