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    Cuando empecé este blog uno de los propósitos que me hice fue no hablar tanto de la actualidad. No era un propósito rígido, ya que la libertad de escribir sobre lo que me dé la gana es algo a lo que no estoy dispuesto a renunciar tampoco, sino más bien una pequeña directriz para ir abandonando gradualmente el carnaval caníbal de las noticias, que llevaba comentando una larga década.

   La única conclusión clara a la que pude llegar después de todos esos años es que el debate político es una fuente inagotable de bobadas. La oferta y hasta las demandas son tantas que más que encontrar material para la sátira lo complicado es elegir entre tal cantidad de tonterías destacadas. Como en el fútbol no sólo hay titulares, también reservas, todo un equipo de expertos en soltar patadas ahí calentando por la banda. Si el fichaje estrella anda flojo ese día no pasa nada; salen ellos para regatear lo que haga falta y luego incrustar la bola en las redes con una habilidad prodigiosa, dándole de pronto la vuelta al resultado. La selección española de memeces en prensa está sin duda entre las primeras de Europa, del mundo. Tenemos cracks como para exportar, y hasta místers de esos con sobresueldo que se cabrean en las entrevistas cuando les preguntan por su formación. "Tú siemprrre negativooo, nunca positivooo... Política serrr así... Lo imporrrtante es gana parrrtido... Yo ofensivo, y si tú quierrre alienación socialcomunista tú okupa banquillo primerrro y luego hase cambio...". A veces no sólo tienes la sensación de que el que manda en realidad es Florentino Pérez, sino de que hay todo un departamento de técnicos detrás elaborando las tácticas minuciosamente y cuidando las plantillas como si fuesen de cannabis, porque un sistema tan efectivo para conseguir una liga de pijadas tras otra no es normal. Se necesita mucho entrenamiento y coordinación para soltarlas de ese modo jornada a jornada, sin descanso, siempre pasándoselas al otro al primer toque para luego rematar la jugada con una soberbia cabezonada o lanzando manifestaciones entre los palos de la escuadra con unos efectos que dejan a la grada boquiabierta. Llega un momento en que comprendes que en algún sitio los deben de preparar a no-conciencia, que tienen que hacer muchas concentraciones y seguir un régimen muy estricto para lograr ese absoluto dominio de la gilipollez redonda. "No puedo más...". "Venga, Casado, haz otras diez reflexiones sobre el campo y luego un poco de carrera, que la última te salió regular y casi nos pillan... Si no llega Teodoro García a sacarle la tarjeta a Iglesias en el congreso perdemos tres puntos...".

   La competencia es muy dura, lo reconozco. Son unos máquinas, no hay pachanga argumental que no controlen, y pese a que hay días en los que acepto el desafío y bajo a su terreno otros no me apetece en absoluto participar en semejante espectáculo. Así que quería buscar nuevos aires para mi escritura, y me pareció que en cuestión de aires los de la sierra eran sin duda los mejores. Este blog nació de ese planteamiento, casi de una necesidad de limpiar mi plumón de los malos humos que producen las noticias. Aunque al intentar llevar este propósito a la práctica me he dado cuenta de lo contaminado que estoy. Incluso sin entrar ya en los diarios, salvo para leer a algunos columnistas que me gustan, y reduciendo mi consumo de televisión sólo a las series y documentales necesarios - el que ha sacado Scorsese sobre la escritora Fran Lebowitz, "Pretend it's a city", hay que verlo - la actualidad política se sigue colando en mi mente y mis textos. Puedo no invitarla, claro que evitarla ya es otro cantar, y aunque como decía al principio tampoco me la prohíbo ni lo haré sí que hay instantes en los que uno medita sobre la cantidad de tiempo y espacio cerebral que ocupa sin merecerlo en el fondo, sobre la cantidad de ira y mentira que cada día respiramos sin que al final aporte nada nuevo o relevante a nuestras aspiraciones o inspiraciones. Porque a estas alturas hasta al fútbol gana ya por goleada.  

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