45.

    Leo que existe un proyecto para crear en Asturias un foco del verso, según el diario gijonés El Comercio. Bueno, al ritmo al que se están extinguiendo algunas especies de focas hacer un foco del verso no me parece mala idea. Los focos comunes no parecen estar cumpliendo con su función reproductora a un ritmo suficiente, y si este foco del verso es la mitad de intenso que algunos poetas que yo me sé en cuestión de dos años podríamos tener superpoblación. Porque si ya un foco ordinario alcanza niveles considerables de profundidad submarina imagínese la hondura lírica que podría lograr un ejemplar semejante. "Al besarte / siento en tu boca / como un lenguado / deslenguado/ y quiero hacer / contigo / foqui foqui...". El único riesgo es que se acaben derritiendo los polos y glaciares antes de lo previsto con tanto ardor, o que salgan luego grupos de focas del verso diciendo que ellas también saben hacer poesía y tengamos que soltar a Javier Marías con una buena tranca para que las ponga en su sitio.

   Pero bueno, leyendo mejor el artículo (que hay que hacerlo, lo sé, y si usas internet recuerda: las manos siempre encima de la mesa) parece que de lo que se trata es de una iniciativa del director emérito de la Fundación Princesa de Asturias, Graciano García, para convertir el territorio en "capital mundial de la poesía". Ya hay "un centenar de personalidades" que integran el Consejo Fundador, y "más de nueve mil apoyos" a los que les parece estupendo. Incluso la Unesco ha dado su "parabién", así que desde ahora cada 21 de marzo (Día Mundial de la Poesía) y toda esa semana serán "una gran fiesta cívica" para que la cultura "impregne las fruterías y los hospitales, los talleres y los puertos", y si de paso se puede pregnar también a alguna foca en peligro de extinción pues mira, no vamos a decir que no ya puestos. Que vale que de entrada lo entendí mal, pero tampoco creo que sean proyectos incompatibles.

   Nada que objetar, que conste. Si como parece hay capital para hacer la capital por mí fantástico, aunque ya veremos si el reparto de autores y pasta es tan espléndido como las intenciones, que muchos y muchas me parece a mí que se van a tener que conformar con la fruta impregnada de bellas resoluciones mientras otros se van de cena al Reconquista con dos o tres mil pepinos más en el corazón. Que los versos se reparten con facilidad, pero las subvenciones jugosas ya son otro cantar, y en Asturias, si la cosa no ha cambiado mucho desde que yo me fui, tienen como una viciosa tendencia a ir siempre hacia el mismo personal. Qué conmovedor sería que la gente que de manera habitual y gratuita hace lecturas y todo tipo de eventos a base de voluntad y pasión, sacando los medios de su bolsillo y esfuerzo, se beneficiara de vez en cuando de toda esta clase de distribuciones cuando se producen con tanta solidez y liquidez, con tanto amoroso gas. Claro que como lo que hacen no es tan serio ni tiene la enjundia ni la internacionalidad de estos arrebatos pues lo más probable es que no huelan ni un chapo, sólo el embriagador perfume de las metáforas recorriendo las tiendas de yogur helado avilesinas y los escaparates donde pone: "restos de verano en el interior". Por supuesto espero equivocarme al menos tanto como con lo del foco, y que quienes durante todo el año y desde hace muchos están al pie del cañón, cuyo hueco como es sabido se llama ánima, reciban un generoso pedazo del pastel cultural, de todo este merengue que se prepara. Ya veremos, y cuando lo veamos entonces decidiremos si asentimos con una sonrisa o nos limitamos a sentirlo mucho, como de costumbre. Porque aquí, no sé si por desgracia, siempre sentimos más las injusticias poéticas que los versos soberbios.