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    No hace mucho circulaba por la red el vídeo de una chica falangista soltando un discurso tras una manifestación en el que decía que el problema eran "los judíos". Bueno, eso será de día, porque de noche los judiones con morcilla son un problema mucho mayor. Aunque a las señoritas de buena familia como esta les cuesta confesarlo en público todavía; sólo hablan de gases metafóricamente, buscando cambiar de régimen en lugar de cambiar de dieta, que es lo más sensato cuando te sientes así de oprimida sin saber muy bien por qué. En vez de libros de Ramiro Ledesma lee los de Carlos Arguiñano que tiene mejores ideas para hacer un país rico de verdad, y con más fundamento. Verás qué rápido cambias de humor y sueñas cosas más ligeras, sin tanta pesadilla ni pesadez. 

   Durante siglos el antisemitismo fue un mal endémico por toda Europa, con expulsiones y pogromos constantes. Incluso gente muy brillante de épocas recientes, como el escritor Louis-Ferdinand Céline, cayó en esa trampa y malgastó buena parte de su indudable genio en publicar bobadas sobre "el problema judío". Como es sabido estuvo condenado a muerte. Libró por los pelos, huyendo a Dinamarca, donde pasó unos años enchironado y cagado de miedo - se conservan sus cartas desde la cárcel, publicadas por Lumen - ante la incertidumbre de si lo trasladarían a Francia para ser ejecutado o no. Al final consiguió el indulto, y décadas después su viuda Lucette Destouches contó en sus memorias ("Céline secret") su reacción al ver por primera vez en televisión las fosas y cuerpos amontonados en un campo de concentración nazi, el verdadero problema judío. El libro lo tengo en Oviedo y no puedo concretar lo que decía, aunque por lo que recuerdo se quedó clavado en el sofá, reconcentrado y sin poder articular palabra, ya que una cosa es divagar con más o menos estilo sobre el particular y otra que te pongan los críos esqueléticos en frente. "La escuela de los cadáveres" o "Bagatelas para una masacre" en directo.

   Estos días ando leyendo a Joaquín Costa, uno de los intelectuales españoles más notables de su generación, y pese a que no hay rastro de antisemitismo en sus textos ayer me quedé un poco pasmado con uno. Como buen regeneracionista estaba elucubrando sobre el problema de España, sus motivos y posibles remedios, y tras rechazar algunas teorías más o menos habituales escribía de pronto: "Yo me inclino a pensar que la causa de nuestra inferioridad y nuestra decadencia es étnica y tiene su raíz en los más hondos estratos de la corteza del cerebro". Cuando una niña pija jugando a ser la más punk de los patriotas te sale con supersticiones así no te asombra tanto, pero cuando lo hace una persona razonable y culta empiezas a tragar saliva. Cierto que hace más de un siglo que Costa publicó esa reflexión, pero estaba basada en investigaciones entonces muy serias, que reconocían "tres tipos distintos de hombre en el continente europeo, diferentes entre sí por su aspecto físico y sus cualidades espirituales, el homo europeus (el tipo superior - sic -), el alpinus y el mediterraneus (el inferior de los tres)"... En el último tercio del siglo XIX abundaban las clasificaciones de este pelaje, algunas de verdad disparatadas y casi cómicas, de no ser porque acabas comprendiendo el arraigo que tenían en el fondo y que en buena medida siguen teniendo. Explicar los problemas sociales en términos de grupos (razas, religiones, cualidades espirituales...) "superiores" o "inferiores" simplifica las cosas en apariencia, ya no hay más que discutir, habemus hostibus o como se decline, aunque sabemos, o al menos deberíamos saber a estas alturas, que al final lo que ocurre es que se complican cada vez más, porque siempre hay personal dispuesto a tragárselas con su morcilla de sangre y todo.

   Y ya puestos yo siempre he sentido debilidad por los contubernios masónicos. ¿Qué pasa con esa sana juventud española, que ya no ve masones agazapados por todas partes...? ¿Es que no leen a De la Cierva o qué? Mucho más amenas que las conspiraciones judías, dónde va usted a parar, y no sé si más lógicas pero con más logias seguro. Así que cuéntanos lo de los masones, muchacha, que es bastante más castizo y pinturero y en el PSOE además los había a paladas. Revélanos ese magnífico secreto que sólo tú conoces, y descúbrenos por enésima vez en la historia - estamos ansiosos - el mediterraneus...

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