82.

   Pues sí, yo también me he vacunado. Con la Pifier esa; me puse la primera dosis el día 7, San Fermín, y tendré que bajar el 28 a que me inyecten la segunda. Fui al Clínico de Moncloa, aunque si llego a saber que también reciben en El Corte Inglés, Iberia, Santa Lucía, Banco de Santander, Acciona y etc. me habría pasado un día entero tratando de decidir el lugar más cool para que me inocoolasen. "¿Me la pueden poner Victorio & Lucchino...?". "No, los chinos no, que no son de fiar...". 

   Bajé bastante tranquilo, la verdad. Después de todo de joven consumí una cantidad estimable de drogas de todo pelaje, y pensé que en el peor de los casos tendría una muerte curiosa, paradójica, de esas que dan que pensar... Y si como se rumorea me han introducido un microchí para controlarme pues bienvenido sea; ese trabajo que me ahorro. El autocontrol es un coñazo, seamos sinceros, a mí me cuesta una barbaridad a veces, y si además de dejarte la mente plana hacen lo mismo con la tarifa pues no me voy a quejar. Aparte de que quejarse cuando estás así abducido es otro esfuerzo inútil... Y eso por no hablar de que conociéndolos seguro que acabarán instalando una de esas líneas telefónicas ridículas para atorar al cliente revoltoso. "Si quiere quejarse del vacío existencial en un universo sin dios, pulse uno...  Si quiere quejarse del relativismo moral y las feminazis, pulse dos... Si quiere quejarse de que el control mental que ejercemos sobre usted no funciona, pulse tres...". "¡Tres!". "Que pulses, imbécil". "Ah... Perdón, amo...". Y a continuación media hora con la musiquilla esa como de clavicordio sampleado, que si ya tenías el control mental jodido cuando llamaste a cada minuto que pasa lo notas peor. Porque claro, una cosa es lo que te prometen cuando te instalan el microchí y otra lo que sucede después cuando quieres ser sumiso con normalidad, un conformista de pro que ni se da cuenta de lo que pasa a su alrededor ni le preocupa. Cada dos por tres te quedas colgado, y sin tomar drogas ya. Igual que si no estuvieses conectado en absoluto con esa realidad virtual en la que vives. El día anterior te sentías español sin problemas, y muy español además, orgulloso de todas las raíces y sangrías de tu nación, pero de pronto no te llega bien la onda, la energía o no sé, y en lugar de pensar en madrugar para levantar el país te vienen a la cabeza unas interferencias rarísimas. Tu memoria no es capaz de identificar con nitidez qué es eso de "sentirse español", en qué se diferencia de "sentirse arapajó" por ejemplo, y el comando que llevas dentro para hacerte desear dar tu vida por esa emoción ancestral si fuera menester no responde, como esos cabronazos de la línea de atención, por cierto, que encima te acaban de enchufar "El chiringuito" de Georgie Dann, un hombre que también se siente medio español pero con una avería peor que la tuya. Sin ningún control mental ya. Ni los goles que deberías celebrar puedes ver en tu pantalla cerebral a esas alturas. Estás a punto de ponerte como Willy Toledo, y como no se ponga alguien de inmediato para repararte lo que haya que reparar la amenaza es más que seria. "Hola, le habla Christopher Canche Smith... ¿En qué puedo ayudarle...?". "Sí, hola... Verá, es que no me funciona bien el control mental. Llevo toda la mañana rayadísimo con el mundo". "¿Vacuna?". "La Pifier...". "Pfizer...". "Sí, eso: Pfizer. Perdón, amo... Me la puse en el Clínico de Moncloa, aunque estoy pensando que a lo mejor me la debería haber puesto en algún sitio con más glamour, como el Teatro Häagen Dazs o yo qué sé...". "Eso no tiene nada que ver, caballero. El maicroship es el mismo en todas las dosis y marcas, y a lo mejor es que todavía no se ha integrado bien con sus neuronas. ¿Ha comprobado usted si tiene algún cable suelto...?". "Pues no, la verdad. Siempre he creído que el control mental funciona igual aunque los tengas, o incluso mejor... Como es inalámbrico... ". "Vale... Comprendo... Pues va a ser eso, ¿eh?... ¿En qué año nació usted?". "En abril de 1975, seis meses antes de que muriera Franco... Me tragué todo Naranjito y la gallina Caponata: aquella polla gigante que nos metieron en la transición... Creo que todavía me sé las canciones. Si quiere usted que...". "No, no es necesario. Van a ser un cable suelto fijo".   

   Que yo es la mayor pega que le veo al invento: que como empiece a funcionar como el resto de los chismes modernos verás. Vamos a pasar más tiempo cabreados que otra cosa con el control mental, cuando además se supone que debería servir precisamente para que estuviésemos tranquilitos y bien empantanados. Tanta sofisticación y al final va a ser un control mental de los de toda la vida, igual que los prototipos más rudimentarios y primitivos, que sólo producían esa sensación entre irritada y estúpida a la gente. Como de sentir vergüenza y tener que pedir perdón por amar. 

    

Comentarios

Entradas populares de este blog

135.

19.

134.