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    El escándalo de estos días es la renuncia del obispo de Solsona para arrejuntarse con una autora de novelas "erótico-satánicas". No conozco el género en cuestión aunque suena bien, como leer a Juan Manuel de Prada al revés o por ahí. Según LibertadDigital - esta noticia hay que consultarla allí - han "surgido voces en un sector del clero catalán partidarias de practicar un exorcismo a Novell para librarle de las garras del diablo". ¿Y a la chica no...? Porque una mujer "divorciada de un ciudadano marroquí" que escribe cosas así de fogosas igual también lo necesita. Perdón por el tópico pero cómo se nota que son catalanes. Si fuesen de Bilbao nos pagarían un exorcismo a todos para apagarnos.  

   Porque no debe de salir barato un exorcismo. Si ya cuesta desalojar a los okupas imagínate a Lucifer. Le mandas dos furgones de anti disturbios y se parte de risa, y con una de esas risas como embrujadas además. "¿Pero qué dice este sujeto? ¡Hable usted en español, haga el favor, que estamos en España!". Con lo que les cabrea que se dirijan a ellos en lenguas periféricas  calcula si encima son perifrásticas y bífidas y de todo, arameo antiguo o enoquiano o di tú. Un dialecto bien enrevesado y con acento de los confines del infierno. Se puede liar muy gorda, no me gustaría estar en la piel de ese pobre diablo, claro que si su poder es tan inmenso y malvado como nos aseguran igual acaban todos poseídos y comunicándose en gallego entre sí, y luego con sus superiores. "Esta é unha cadela de carallo, señor comisario... Non se pode facer que renegue do demo... Necesitamos reforzos...". "¿En qué idioma me está hablando, Jiménez? Tenía un concepto más alto de usted...". "Ay, síntoo moito, señor comisario... Pero non sei expresarme doutro xeito...". 

   De ahí que se suela enviar a gente con mejor preparación, más versada en versículos y que conozca en profundidad los trucos y asechanzas del Señor de las Tinieblas. Exorcistas como dios manda, titulados, con acceso a códices secretos y demás accesorios. Y alguien así de formado cuesta una pasta, y no digamos ya si además de la salida de Belcebú te cobran la suya, aparte de la mano de obra de dios y el material, que no son herramientas que se puedan conseguir en una ferretería de barrio. Crucifijos del medievo por lo menos, y no te creas que para lanzar el agua bendita te vale uno de esos fusiles de juguete de la teletienda, que a lo mejor acabas hablando pixueto en un mitin de Vox. Estas cosas hay que hacerlas en condiciones si se quieren evitar consecuencias indeseables, porque si encima de la pandemia nos acaba saliendo un pandemonium pues estamos listos ya... No me extraña que en el clero catalán estén tan preocupados.

   Quizá habría que plantear en el congreso que este tipo de tratamientos se incluyeran en la seguridad social. Si los hospitales tienen capilla a ver por qué no van a tener un exorcitorio o como se llame, o incluso añadir allí una consulta y ya está. "Verá, es que últimamente oigo unas voces así cuchicheantes en mi cabeza que me dicen que me pire con la señora erótico-satánica...". "¿En tu cabezota o en tu cabecita, bribón...? ¿Dónde es más intensa y dolorosa la tentación...?". "Pues no sabría decirle... Va por rachas...". "¿Cuántas hostias se come usted al día?". "No sé, lo normal...". "¡Lo normal, lo normal...! ¿Qué es para usted 'lo normal'...?".  "Una o dos, supongo...". "Ya... ". "Yo es que venía simplemente a ver si me puede usted dar una baja de las alturas de una semanita o diez días...". "No, amigo, no se equivoque... Para eso haría falta un diagnóstico, y aquí somos todos dicatólicos... Va usted a tener que cambiar de hábitos, o al menos colgarlos si quiere que su fe siga viva...". "¡No me joda!". "No es mi intención, pero es lo que hay. Esto en curas no tiene cura, y en obispos ya es grave y afecta a todo el organismo. Podría haber un colapso en la diócesis superior y afectar a la basílica, y eso ni con una intervención divina se arregla casi. Imagínese si se lo contagia a los fieles y empiezan todos a tener crisis erótico-satánicas...No puede ser. El asunto es muy serio, oiga, y así hay que tomárselo...".