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    Israel Díaz López, concejal de Vox en Móstoles, patina en unas declaraciones al decir que en su partido "hay muchas mujeres de gran valía, casi tanto como la de los hombres". Ya ha dicho que "obviamente fue un lapsus", aunque no concreta por qué, sólo se disculpa con las personas que se hayan podido sentir ofendidas - menos con Pablo Iglesias, por supuesto - sin que sepamos si la ofensa de marras se debe a ese "casi" o a ese "gran" que acompaña a valía, que a lo mejor es lo que ha podido molestar a otros. "¿Que en Vox hay muchas mujeres de gran valía, dice este tipo...? ¿Y entonces por qué no ponen a las listas en las listas en lugar de a Rocío Monasterio o Macarrena Olona...?". Que el "casi" macho a lo mejor se te puede escapar en un momento tonto, con tantas incorrecciones políticas como tiene uno que soltar al día para cumplir con la cuota es casi normal, ya te lías al final, pero eso de tener mujeres de gran valía en la formación y mostrarnos sólo a las más bordes y empanadas un día tras otro sí que no tiene excusa. A mí me ofende mucho más, y hasta un punto en el que ya no sé si aceptar las disculpas del señor Israel Díaz, porque me siento utilizado y engañado y no sé cuántas cosas más...¿Pero cómo que hay mujeres de gran valía en Vox? ¿Y nos lo cuentan ahora, después de todo este tiempo escuchando a las otras...? Nos lo podrían haber ahorrado, maldita sea, o incluso a Israel Díaz, que compitiendo contra mujeres de gran valía no habría pasado ni el primer filtro con esas coces que suelta. 

   Que igual es por eso por lo que las mantienen ocultas. Para que no les birlen el sillón y ese rollo de víctimas del contubernio judeomasónico y disolvente que se traen. Porque tú pillas a una mujer de gran valía y la pones al lado de esos individuos y no hay color, los eclipsa en un plis, así que quizá hasta tienen razón cuando afirman que para ellos es una cuestión vital que no se les den las mismas oportunidades. Si me sintiese de verdad amenazado yo es lo que haría. Decir que están muy chifladas y que son peligrosas, que se lo inventan todo. Es una estrategia un poco rastrera, lo sé, pero es la que utilizaría en caso de no poder usar argumentos claros y definitivos. Saldría ahí diciendo que me oprimen, que hacen manifestaciones raras, que me han robado el móvil en una fiesta... Cualquier cosa con tal de no perder mis privilegios, que puede que sean injustos pero me gustan. Después de tantos años les he cogido cariño, oye. En vez de mujeres de gran valía utilizaría a las más abolladas para brillar a su lado, para que parezca que soy una opción mejor. Así caballerosamente, concediéndoles algún mérito de vez en cuando para que no cante mucho el tema, insistiendo en que lo hago de buena fe pero que la diferencia es evidente para cualquiera que no sea un hipócrita... En que se puede ser condescendiente hasta cierto punto, aunque sin pasarse, ya que salta a la vista que si queremos eficacia de verdad yo soy mucho más adecuado al final, que tengo lo que hay que tener en los momentos decisivos, esa cosita mágica que no voy a nombrar para que nadie se ofenda pero que todos sabemos lo que es en el fondo: una valía mucho más grande. Como melones.     

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