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    Comienzan a notarse los síntomas de la primavera, que es apresurada y enérgica. Ya florecen los prunos, y las convocatorias de elecciones, y las mociones de censura, y en las mesas de los parlamentos aparecen tantas hojas y brotados que hasta podría uno pensar que la naturaleza se ha vuelto loca. Pero es que así es esta estación, que no sólo trae alegrías y alergias, sino también un nuevo clima.

   Las corrientes internas se aceleran y hasta Toni Cantó reconoce que no comprende nada, que es algo que ya presentíamos pero que resulta bonito contemplar. Abre bien los ojos, Toni, y mira cómo todo a tu alrededor se une o se disgrega o cambia súbitamente de color... Siente el embriagador perfume del azahar entre los grupos de naranjas, su renovado poder, que además en tu Valencia y con tus valores tiene que ser espectacular el fenómeno. ¿Lo hueles, querido...? Es la primavera, que en cada ciclo busca nuevos votos con la vida y crea juguetona el fruto espontáneo y jugoso, el torrencial deshielo que baja desde las cimas y todo lo cambia sin que nadie sepa realmente explicar por qué. ¿Pero qué sentido tiene el mundo en el fondo, Toni...? ¿Qué razón de ser si lo piensas...? Somos ese sueño de una sombra que decía Píndaro, y pase lo que pase lo único importante al final es que bajo ningún concepto o circunstancia vuelvas a cantar otro rap. Con eso es suficiente.

   Por lo demás, habrá que ir viendo cómo se desarrolla todo, aunque supongo que Inés y sus arrimados tendrán sobre la mesa algún tipo de estadística fiable que les indique que con esa dirección van mejor. Tampoco es ningún secreto: la derecha vota a la derecha, así de sencillo, y después del batacazo en Cataluña algunos en Ciudadanos habrán comprendido que el centro es otro espacio distinto, y que si de verdad quieres estar en él no hay que poner tantas líneas rojas a los rojos. No hace tanto un tímido apoyo al PSOE los hizo subir en la estimación de voto, y tal vez de ahí sacaron alguna enseñanza provechosa. Para empezar, que a ver por qué no van a poder pactar con el partido que gobierna y tal vez vuelva a hacerlo, o con quien les dé la puta gana si les conviene, y luego que para marcar distancias con el PP y Vox pues hay que hacerlo en la práctica. Ofrecer un producto con diferencias claras y reconocibles, que no sea sólo una versión desnatada del que ofrecen los otros. Quizá es la única opción que les queda: un centro liberal propiamente dicho, con esa personalidad y ese personal. El otro ya se ha ido a Vox, mire los quesitos electorales, y el que todavía queda o se les podría arañar al PP y al PSOE es el que quiere un partido moderador listo para serlo de verdad. Espabilado, negociante, capaz de alcanzar sus propios objetivos y no limitarse a ir de pasajero en los ajenos, de tonto útil por las instituciones. Si puedo conseguir una presidencia autonómica pues la consigo, claro que sí... No voy a ser tan gilipollas como para no hacerlo y que te comas tú la tostada dejándome las migajas, amigo, y encima bajando en los sondeos. Algo así debió de plantearse la dulce Inés antes de dar un puñetazo en la mesa y salir a degüello en Murcia, sabiendo además que sin Ciudadanos no hay gobierno conservador que se sostenga a día de hoy. Por supuesto la jugada entraña sus riesgos, como todas las que son audaces. La formación podría irse a pique, y hay quienes se lo auguran muy seguros. Claro que eso ya estaba sucediendo, no representa ninguna novedad, y antes de ver el barco hundirse sin hacer nada al respecto a lo mejor Arrimadas ha decidido cambiar su rol de pirada por otro de pirata y abordar todas estas cuestiones y posibilidades sin tantos escrúpulos, con el fin de que se enrole nueva tripulación y se enrollen un poco más los resultados. Si sale bien cuidado que podrían acabar de socios de gobierno en lugar de Podemos, que es una baza considerable y realista que ofrecer al votante pragmático de esos mares... Y si no pues otra primavera llegará, Toni, que esas sí que son infalibles. No hay temporal ni desastre que acabe con ellas.